Cierto, sin feminismo no hay desarrollo. Sencillo y complicado a la vez. Con tantas implicaciones a este y al otro lado del charco pero una de las grandes realidades olvidadas de estos tiempos. Eso sí, gracias Gallardón por habernos hecho el favor de sacar a la calle de nuevo al feminismo por tus política retrogradas, y, por supuesto, gracias por haberte "ido". Pocas acciones como las protestas a tu anteproyecto de ley nos han unido a millones de mujeres en este país, pero también en Bolivia, Nicaragua o Guatemala.
No he tenido mayores aprendizajes en mi vida que los que he compartido con mis compañeras, amigas, hermanas, colegas nicaragüenses. Ellas son las que en mayor medida han construido la mujer que soy hoy, las que me han hecho ver que otro mundo es posible, con esfuerzo y millones de horas de dedicación, pero que merece la pena porque el resultado no es otro que le verdadero significado de la palabra Justicia.
Hay un lugar mágico en el mundo que se llama Las Segovias, ... Ahí, en un rinconcito de las montañas del Norte de Nicaragua existe un lugar que se llama Instituto de Liderazgo de Las Segovias (www.illsegovias.org) donde muchas mujeres, pero también muchos muchos hombres, están construyendo una nueva sociedad donde la brecha de género sea cada vez menos distante, donde nos miremos de igual a igual, donde nos formemos por igual, y donde por fin se les brinde a las mujeres las oportunidades negadas históricamente (ver en la sección de la web, vídeos de interés,el documental "Mujeres Liderando").
Desde aquí compañeras, nunca será suficiente el agradecimiento por vuestra lucha, por la formación de las mujeres indígenas, por la lucha de la despenalización del aborto terapéutico, por las contradicciones democráticas del país. Vuestro ser es mi espejo. Espero que la vida nos siga deparando miles de horas de trabajo en común, quizás entre un Flor de Caña fresquito, un poco de gayopinto o unas tortillas de maíz.
Ana G. Fernández.